Asisto estos últimos días a un profundo cambio en los operarios del ayuntamiento al que pertenezco. Antes, escondidos como osos en sus oseras invernales, ahora casi estorbando por cualquier parte de nuestras calles municipales. Aún no se si haciendo su trabajo o haciendo como que trabajan. Y ¿por qué digo esto? Pues porque para hacer un poco más de lo que antes se estaba haciendo en el concejo, hace falta bien poco.
Parece que la mano dura de nuestro incansable y luchador alcalde está dando sus frutos. Ver veremos...como decía aquel.
Y todo esto viene a una conversación tenida con un profundo enamorado de nuestro valle que con la llegada de nuestro luchador alcalde bien pensaba que las cosas cambiarían. Y bien, cambiarán en la medida en que le dejen hacer, cambiarán en la medida en que no se deje amedrentar por los de siempre, los que, desafortunadamente, siguen y están en la sombra.
Muchas son las expectativas depositadas en nuestro regidor municipal y pocas las que va a llevar a cabo. Ver veremos...como decía aquel.
No soy nada optimista...Sin profundizar nada o casi nada en los asuntos municipales, una se entera de asuntos un poco turbios que con el tiempo se sabrán y muchos serán los que tendrán que dar explicaciones sobre ellos. Sobre todo si tenemos en cuenta que se alardea de austeridad y honradez por un lado y se derrocha por otro.
Creo firmemente en la honradez de nuestro alcalde, su trayectoria asociacionista lo avala, pero mucho me temo que no va a poder transladar todo eso a la alcaldía. Muchos se lo impedirán y quedará de la política y de sus “camaradas” de partido hasta los eggs..... Una pena.
Y los ciudadanos, una vez más, decepcionados.